¿CUÁL ES MI DESTINO?

¿Hacia dónde me tengo que dirigir?

Hacia la próxima acción conveniente, instante tras instante. Entonces, lo que me guía es mi actuar, porque sólo la acción conveniente es el cumplimiento de mi vida, exigida por ella y fijada por ella, de tal manera que todo continua, y precisamente ahora.

El enfoque sistémico de Bert Hellinger, conocido principalmente por su trabajo en constelaciones familiares, ofrece una perspectiva profunda y amplia sobre la vida y las relaciones humanas. Este enfoque se basa en la idea de que todos estamos inmersos en un sistema más grande, donde cada acción y decisión tiene un impacto que va más allá de nosotros mismos. En este contexto, la pregunta "¿Hacia dónde me tengo que dirigir?" adquiere un significado especial, ya que no se trata simplemente de encontrar una dirección en un sentido literal, sino de comprender el papel de la acción en nuestra vida dentro de este sistema.

 

La Acción como Guía

Según Hellinger, la acción es un componente fundamental en la realización de nuestra vida. No es suficiente con saber o querer algo; lo que realmente nos mueve hacia adelante es la acción que tomamos en cada momento. La acción adecuada, o como lo llama Hellinger, "la acción conveniente", es aquella que se alinea con las exigencias de nuestra vida y del sistema en el que estamos inmersos.

La vida, según esta visión, no es un destino fijo o una meta a la que se llega, sino un proceso continuo de decisiones y acciones. Cada instante nos presenta una oportunidad para actuar, y es en esa acción donde encontramos la dirección adecuada. Esta idea resuena con el concepto de fluir con la vida, en lugar de resistirla o intentar controlarla completamente. Al fluir con la vida, nuestras acciones se convierten en el cumplimiento de nuestra existencia, adaptándonos a las circunstancias que se nos presentan.

 

La Acción Conveniente y el Sistema

El concepto de "acción conveniente" se refiere a aquellas acciones que no solo son apropiadas para el momento presente, sino que también tienen en cuenta el contexto más amplio de nuestras vidas y de las personas que nos rodean. En el enfoque sistémico, cada individuo forma parte de varios sistemas: la familia, la comunidad, la cultura, y la humanidad en su conjunto. Las acciones que tomamos, por tanto, no solo nos afectan a nosotros, sino que también tienen repercusiones en estos sistemas más amplios.

Hellinger sugiere que cuando actuamos de manera conveniente, estamos en armonía con las leyes sistémicas que rigen nuestras relaciones y nuestra vida. Estas leyes incluyen el orden, la pertenencia, y el equilibrio entre dar y recibir. Actuar en congruencia con estas leyes nos permite avanzar en la vida de una manera que respeta y honra tanto nuestras necesidades como las de los demás.

 

El Estancamiento al Preguntar "¿Adónde?"

Por otro lado, Hellinger advierte que quienes se detienen a preguntar "¿adónde?" en busca de una dirección clara y definitiva, a menudo se quedan parados. Esto ocurre porque la vida no siempre nos ofrece una respuesta clara o un camino definido de antemano. La búsqueda constante de una dirección fija puede llevar a la parálisis, ya que nos impide tomar las acciones necesarias en el momento presente.

En lugar de buscar un destino lejano o un objetivo final, el enfoque sistémico de Hellinger nos invita a centrarnos en la acción que podemos tomar ahora. Es a través de esta acción que encontramos nuestro camino, momento a momento, instante tras instante. Este enfoque nos libera de la necesidad de tener todas las respuestas antes de actuar y nos permite confiar en el proceso de la vida.

 

La Vida como un Proceso Continuo

El enfoque sistémico también nos enseña que la vida es un proceso continuo de movimiento y cambio. Nada permanece igual, y lo que es conveniente en un momento puede no serlo en otro. Por lo tanto, la dirección en la que nos movemos no es una línea recta hacia un destino fijo, sino una serie de pasos que tomamos en respuesta a las circunstancias cambiantes de nuestra vida.

Cada acción, por pequeña que sea, contribuye a este proceso continuo. Al actuar de manera conveniente, cumplimos con las exigencias de nuestra vida en el presente, lo que a su vez nos permite avanzar hacia el futuro de manera fluida y sin estancamientos. Es en este sentido que Hellinger afirma que "sólo la acción conveniente es el cumplimiento de mi vida".

 

Conclusión

En resumen, el enfoque sistémico de Bert Hellinger nos invita a dirigirnos hacia la próxima acción conveniente, momento a momento. Este enfoque nos recuerda que la vida no es un destino que alcanzamos, sino un proceso continuo en el que nuestras acciones, cuando están alineadas con las necesidades del sistema en el que vivimos, nos guían hacia el cumplimiento de nuestra existencia. Preguntarse "¿adónde?" puede llevarnos a la parálisis, mientras que actuar en el presente nos permite avanzar y mantenernos en sintonía con el flujo de la vida. Así, lo que verdaderamente nos guía no es un destino fijo, sino nuestra capacidad de actuar de manera conveniente en cada momento.

 

By Amor Oliva Ramón.