¿Quién soy?
Me llamo Amor Oliva Ramón
Madre de Gisela, Joan Ramón y Tomás, que no llegó a nacer, lo amo y es mi tercer hijo. Orgullosa abuela de Oliver y Gerlac.
Estoy muy agradecida a mis padres, a mis raíces, la sangre que corre por mis venas me lo recuerda cada día y agradecida a mi ciudad natal de Lleida, siempre estás en mi corazón.
Soy una apasionada de la Psicología y desde siempre he sido una emprendedora. Alegre, curiosa, activa, a la que le atraen los nuevos retos. Me gusta aprender, rodearme de gente positiva y que sienta que entre todos podemos mejorar este mundo aportando nuestro granito de arena.
Me gusta compartir experiencias con gente dispuesta a dar lo mejor de sí misma. Creo en las personas, en sus capacidades y competencias, de ahí que dediqué gran parte de mi día a día a su desarrollo. Me gusta viajar, leer, escribir, conversar, bailar, aprender idiomas y conocer diferentes culturas.
Apasionada de acompañar a personas en su proceso de cambio. La precisión y estructura de mi metodología NESYSCO-L@b (Neuro-Systemic-Coaching-L@b) (laboratorio de Coaching Neuro Sistémico) aplicada a las sesiones de terapia y de coaching, resultan muy eficaces, estimulantes y motivadoras.
Mi primer contacto con el desarrollo personal fue cuando empecé a estudiar Psicología por la UNED. Al poco, estaba aplicando las cosas que aprendía a mi propia vida. Cómo me relacionaba con mi familia, lo que me pasaba en mi trabajo, qué comportamientos mantenía con mis amistades, y quién era yo en mis actividades sociales. En este proceso, comencé a sentir que la psicología me parecía que trabajaba más en un espacio mental y tenía la necesidad de bajar al cuerpo muchos de los procesos irresolubles de cabeza que estaba encontrando en esa mi vida. Igualmente me pasaba que habitualmente no reconocía qué emociones tenía, y cuando las reconocía no sabía cómo gestionarlas.
Más tarde decidí iniciar la formación Gestalt en el Institut Gestalt de Barcelona. Esto supuso un cambio no solo en mi forma de ver la Psicología sino también en la forma de ver la vida. Aprendí realmente lo que era la terapia y lo que era un proceso personal y de acompañamiento.
En esta formación y de mano de mis tutores-terapeutas, me mostraron una forma de estar y de enseñar diferentes, ver cómo ellos se involucraban en todos los procesos que se daban, de una manera honesta, sin enjuiciar y sin penalizar al otro. Fue algo que me conmovió profundamente. Su forma de llevar la formación, más basada en la práctica y la experimentación, marcó para mí una forma muy definida y concreta de ver el proceso terapéutico. El proceso terapéutico se transformó en algo mucho más sensible y humano, lo cual me tocó profundamente.
Además, aprendí la importancia de escuchar lo que me estaba pasando a nivel orgánico, y a ver las cosas desde una mirada más holística, aprendiendo mucho de la intuición y de percibir los procesos desde la simplicidad.
Agradezco a todos los que han compartido y me han enseñado en esta andadura y en este aprendizaje que han hecho lo que hoy soy. Igualmente envío un agradecimiento especial a mis clientes porque al acompañarles en la aceptación de sus límites y valores, así como en la manifestación de su tremendo potencial, me han ayudado a profundizar en la aceptación de mis limitaciones, reconocer mis valores y la utilización de mis capacidades.