EL MIEDO COMO EMOCIÓN

La buena noticia es que con el método del Coaching Wingwave, el propio cerebro es el que hace la transformación cuando el procesamiento de la información está atascado.

El miedo se activa cuando vivimos una situación actual que recuerda al miedo que se vivió en una experiencia del pasado.

"La mayoría de creencias suelen instalarse a una temprana edad"

El miedo es una emoción que los seres humanos compartimos con prácticamente todos los seres vivos, ya que es un mecanismo de defensa que nos va a permitir sobrevivir a todo tipo de situaciones amenazantes. 

En nuestro cerebro tenemos una zona denominada amígdala, donde se procesa gran parte de la información que recibe del exterior, compuesta por olores, sonidos, imágenes, etc. La amígdala está directamente conectada con la médula espinal porque su misión es darnos la capacidad de responder a una amenaza externa de inmediato sin que sea necesario que el córtex frontal, la parte racional de nuestro cerebro, intervenga en dicho proceso.

 

Las señales que son emitidas por la amígdala llegan al hipotálamo, donde se libera una hormona que a su vez libera el cortisol, la hormona del estrés. Una vez que ésta hormona se libera, comenzamos a sentir todos los síntomas del miedo como el aumento de la frecuencia cardiaca, la dilatación de las pupilas, la aceleración de la respiración, etc.

El miedo es una emoción primaria y universal, profundamente arraigada en la biología humana. Es una respuesta adaptativa diseñada para protegernos del peligro, activando mecanismos de supervivencia. Cuando una persona percibe una amenaza, ya sea real o imaginaria, el cerebro reacciona desencadenando una serie de respuestas fisiológicas y psicológicas que constituyen la experiencia del miedo.

 

Generación del Miedo

El miedo se origina principalmente en la amígdala, una estructura del cerebro situada en el sistema límbico. La amígdala es responsable de detectar el peligro y de iniciar la respuesta de lucha o huida. Cuando percibimos una amenaza, ya sea un sonido fuerte, una sombra en la oscuridad o un pensamiento inquietante, la amígdala se activa y envía señales a otras partes del cerebro, como el hipotálamo, que libera hormonas como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas preparan al cuerpo para la acción: el corazón late más rápido, los músculos se tensan, y los sentidos se agudizan.

 

Este proceso es casi instantáneo, una respuesta automática que ocurre antes de que la mente consciente tenga tiempo de evaluar la situación. Es por eso que a veces reaccionamos con miedo antes de darnos cuenta de lo que realmente está sucediendo. En situaciones donde la amenaza es persistente o intensa, esta respuesta se refuerza, haciendo que la persona se vuelva más sensible a señales similares en el futuro.

 

Transformación del Miedo en Trauma

Cuando una persona experimenta un evento extremadamente estresante o aterrador, el miedo puede dejar una marca duradera, convirtiéndose en un trauma. Un trauma no es simplemente un recuerdo negativo; es una huella profunda en el cerebro que altera la manera en que una persona percibe y responde al mundo.

El trauma ocurre cuando el cerebro, incapaz de procesar adecuadamente el evento aterrador, lo registra de manera disfuncional. En lugar de almacenar el recuerdo como una experiencia pasada, el cerebro lo mantiene activo, como si la amenaza aún estuviera presente. Esto puede llevar a una serie de problemas, como la hipervigilancia, donde la persona está constantemente en alerta, esperando que algo malo suceda.

 

La memoria traumática es diferente de la memoria normal. Mientras que los recuerdos normales se almacenan de manera ordenada en el cerebro, los recuerdos traumáticos pueden fragmentarse y quedar aislados, lo que dificulta su procesamiento. Estos fragmentos pueden ser activados por estímulos que recuerdan el evento original, desencadenando una respuesta de miedo desproporcionada. Este fenómeno es lo que ocurre en trastornos como el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Además, el trauma afecta otras áreas del cerebro, como el hipocampo, que es crucial para la formación de nuevos recuerdos. En personas traumatizadas, el hipocampo puede reducirse, lo que contribuye a la dificultad para diferenciar entre el pasado y el presente, y para formar nuevas memorias positivas.

 

Consecuencias del Trauma

El trauma no solo afecta la mente; también tiene repercusiones físicas. Las personas traumatizadas pueden sufrir de problemas de sueño, dolores crónicos y enfermedades psicosomáticas. La respuesta de lucha o huida, que debería ser temporal, se convierte en un estado crónico, agotando el cuerpo y debilitando el sistema inmunológico.

En resumen, el miedo es una respuesta esencial para la supervivencia, pero cuando se experimenta de manera extrema o prolongada, puede convertirse en un trauma. Este trauma afecta tanto al cerebro como al cuerpo, y puede alterar profundamente la manera en que una persona vive y se relaciona con el mundo. La superación del trauma requiere tiempo, apoyo y, en muchos casos, intervención terapéutica para ayudar a la persona a procesar el miedo y restaurar un sentido de seguridad.

 

EL CASO DE MARÍA

María, una joven profesional que recientemente sufrió un accidente automovilístico. Aunque físicamente se recuperó sin problemas, el evento dejó en ella un miedo profundo a conducir. Cada vez que intentaba ponerse al volante, sentía un nudo en el estómago, sudoración excesiva y una sensación de pánico. Este miedo, que inicialmente era una respuesta normal a un evento traumático, comenzó a interferir seriamente con su vida diaria. María evitaba conducir, lo que limitaba su independencia y afectaba su trabajo, ya que necesitaba desplazarse frecuentemente.

 

Al darse cuenta de que su miedo estaba tomando el control de su vida, María decidió buscar ayuda y optó por el coaching Wingwave, una técnica breve y eficaz que combina elementos de PNL (Programación Neurolingüística), terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) y coaching emocional.

 

Proceso de Coaching Wingwave

Durante las sesiones de coaching Wingwave, se ayudó a María a identificar la raíz de su miedo: el accidente que había vivido. Aunque María era consciente de lo que había desencadenado su miedo, el trauma seguía almacenado en su memoria de una manera que su mente no podía procesar correctamente, lo que mantenía el miedo activo.

El proceso Wingwave comenzó con la identificación de los desencadenantes específicos que activaban el miedo de María al conducir, como ver un coche acercándose en el retrovisor o sentir la vibración del motor al arrancar. Luego, utilizando la técnica de movimientos oculares, similar al EMDR, el coach guió a María a través de estos recuerdos perturbadores. Los movimientos oculares ayudaron a desensibilizar la respuesta emocional de María al accidente y a reestructurar cómo su cerebro procesaba esos recuerdos.

Además, se utilizaron técnicas de PNL para cambiar la percepción de María sobre la conducción, ayudándola a reemplazar las imágenes mentales negativas con otras más positivas y seguras. Se trabajó en la creación de anclas emocionales, que permitieron a María acceder a sensaciones de calma y control cada vez que comenzaba a sentirse ansiosa al pensar en conducir.

 

Transformación del Miedo

Con cada sesión, María notó que su ansiedad al pensar en conducir disminuía gradualmente. Lo que antes le provocaba un ataque de pánico, ahora lo podía enfrentar con un sentimiento de confianza. Al final del proceso, María no solo pudo volver a conducir sin sentir miedo, sino que también recuperó su sentido de independencia y autonomía.

El coaching Wingwave ayudó a María a transformar su miedo a conducir, que inicialmente se había convertido en un trauma, en una experiencia neutral e incluso positiva. El miedo ya no era un obstáculo en su vida, sino una experiencia pasada que había superado. María se sintió empoderada, con herramientas emocionales que no solo la ayudaron a superar su miedo específico, sino que también le dieron confianza para enfrentar futuros desafíos con resiliencia y tranquilidad.

Este ejemplo ilustra cómo el coaching Wingwave puede ser una herramienta poderosa para transformar miedos arraigados en la mente y el cuerpo, permitiendo a las personas recuperar el control sobre sus vidas.

 

By Amor Oliva Ramón